miércoles, 29 de abril de 2015

¿Cómo me despedí de la anorexia?



Como se hacían antes las cosas, a la antigua y a mano. Gracias a mi psicóloga, la mejor que existe. Es dura, me hace trabajar y pocas treguas me da. Ella sabe que siempre me implico al máximo, así que nunca o casi nunca tiene que llamarme la atención.

Hace 10 años que la conozco y a temporadas, cuando se me desordena la cabeza, me sigue tratando. La quiero por haberme enseñado a caminar y a ser lo que soy, aunque cuando empecé con ella la odié con todas mis fuerzas.

Anna lo sabe, nunca se lo he escondido, no podía soportar cuando a veces se ponía irónica y decía: 'pues claro que sí, sigue yendo al baño'.

Hemos hecho muchos ejercicios juntas, que os iré contando pero hoy me quedo con la carta que me hizo escribir.

'¿Quieres acabar con esto? Pues te propongo que le escribas una carta a la anorexia... que te despidas de ella'

Pensé que una locura así no podía salir bien. Nunca había escrito una carta a algo tan poco tangible y a la vez tan visible. Os dejo con lo que salió. Un texto que releo, de vez en cuando,  porque fue tan importante como definitivo. 



Aquí está la carta que suscribo cada vez que leo. Toda vuestra:



'Hola. Hoy te escribo a ti, mi compañera de viaje desde los 15 años. La que me ha llevado de la mano todos los días al baño, varias veces y a todas horas. La que me ha tapado la boca para que no comiera, los ojos para que no viera y los oídos para que no escuchara.

A ti que me has querido tanto y que me has tenido presa, mutilada y amordazada. A ti. Ha llegado el momento de plantarte cara y de decirte que no te quiero más en mi vida. Te invito a salir de ella. 

No te necesito porque gracias a ti, no tengo vida. Te has encargado de destrozármela. Y creo que este es el momento de construirla, sin tu compañía, sin tus consejos.

Sal por la puerta, igual que entraste sin pedir permiso. Vete y no vuelvas porque no eres bienvenida. Ah! y de paso, llévate a tu amiga... a la que de vez en cuando viene a decirme que me hinche a comer que tú ya harás lo oportuno.

Quiero que sepas que he emprendido un viaje que no sé exactamente dónde me llevará... pero tú no tienes billete. No me vas a acompañar . Porque,  ¿sabes? sin ti también sé hacer cosas y te lo voy a demostrar. Sin ti también soy persona y me sé relacionar. Sin ti se puede vivir.

Se acabó el 'todo incluído' que encontraste en mi.
Es duro despedirse de alguien que ha estado contigo a sol y a sombra pero no quiero ser más tu víctima.
Se acabo. Vete y no cierres la puerta porque hay mucha gente esperando a entrar.
Hasta nunca.'

Gracias, Anna.

Gracias por leerme!

Fuente de la imagen: www.openphoto.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario