Actualmente el peso es un concepto que sólo existe en mi mente. Hace un tiempo que habita allí, junto a otras ideas y alguna fantasía.
Una de las cosas que más enganchada me mantuvo a la enfermedad era controlar minuto a minuto lo que pesaba. Una galleta o un vaso de agua era motivo suficiente para comprobar qué efectos inmediatos tenían en mi cuerpo.
Así que convertí el peso en una obsesión irracional y compulsiva. No me importaba vivir esclavizada a la báscula... la había convertido en el motor de mi vida. Ella me decía cuándo tocaba arrodillarse en el baño... sin importar la hora, el lugar y el momento. Le había dado el poder y también la autoridad para alimentar mi cabeza.
No sólo me pesaba varias veces al día, sino en varias básculas. Y lo peor, según el momento me quedaba con el peso que más me convenía.
Si el estado anímico era bueno, ese día creía la balanza que decía que pesaba menos. Pero si el día tendía al desastre, lo redondeaba aceptando como único peso válido el mayor. Una catástrofe.
Una vez en tratamiento fui consciente del mal que me hacía (y me sigue haciendo) saber mi peso. Pesara lo que pesara, siempre quería llegar a menos, aunque estuviera muy por debajo de los límites que correspondían a mi estatura.
Hoy en día he entendido que pesarme no me ayuda en nada. Soy incapaz de poner ese dato en su lugar, sin darle más importancia.
Hacerlo puede ser el principio de una serie de consecuencias que una tras otra, me llevan a una situación insostenible.
Actualmente hace unos tres años que no me peso. Todavía lo hacen las enfermeras por mí, de espaldas y en ropa interior. Sin decírmelo, lo anotan en un papel y se lo entregan al doctor.
Yo no quiero ni puedo saber lo que pone en ese papel. Quizás penséis que si todavía no soy capaz saber qué peso, sin que pase nada, es porqué no estoy curada. Puede que sí.
De momento, no me pesaré. Tampoco volveré a hacer una dieta. Son dos de mis principios. Al menos, hasta que deje de relacionar el peso con el éxito o el fracaso.
Como veis, recuperarse de anorexia no es sólo aprender a comer y reconciliarte con tu cuerpo y los alimentos. Recuperarse de anorexia es hacer frente a muchas cosas, todas ellas en su momento y tiempo justo.
Gracias por leerme!
Fuente de la imagen: www.photorack.net
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