sábado, 24 de octubre de 2015

La anorexia viste de negro


Hace algunos años descubrí la capacidad de algunas personas para relacionar ciertos nombres e incluso a otros individuos, con colores. Se llaman sinestésicos y son los que de forma automática ven un color cuando escuchan un nombre, ven a una persona o oyen su voz.

Aunque pueda parecer un invento, creo que no lo es... al menos eso parece cuando lees que la Universidad de California reconoce la sinestesia y explica que tiene una base científica: 'se debe a una activación cruzada de áreas adyacentes del cerebro que procesan diversas informaciones sensoriales. El cruce podría explicarse por un fallo en la conexión de los nervios cuando el cerebro se forma en el útero'(Wikipedia dixit).

Yo nunca he tenido esa capacidad y dudo que con el tiempo se aprenda...pero lo que sí me ha llamado la atención es la capacidad que he tenido de relacionar la anorexia con un color: el negro 

Siempre he sido una persona 'muy de negro'. Es un color que me gusta, en ocasiones me ha definido y con el que me siento cómoda. En mi armario nunca ha faltado nada negro, de hecho siempre lo ha habido... quizás más de la cuenta.

Durante una larga época sólo he vestido de negro, sin obedecer a modas. Era cuando estaba muy delgada, mucho. Vestía así porque me gustaba... pero siendo fiel al blog diré más: me hacía sentir todavía más delgada, más pequeña y más poca cosa. Y eso me subía la autoestima y me daba seguridad, porque todavía podía aparentar menos peso

Han sido muchos años con el negro en los cajones... y todavía continúa. No en vano, mi madre, mi marido, mi amiga del alma, mi hermana y bastante gente más, me recuerdan cada dos por tres que visto mucho de negro...demasiado. Y que cualquier otro color, cuando lo uso, me ilumina la cara. 

Desde mi recuperación hago, todavía hoy, grandes esfuerzos por pintar mi armario de color. Y aunque no lo he conseguido del todo, en ello estoy. La diferencia está a la vista: antes, todo negro... ahora ha aparecido el morado, el verde oscuro, el gris en todas sus tonalidades y se ha mantenido el negro, que todavía está muy presente.

Siendo sincera os diré que el negro se mantiene porque me gusta y me hace sentir cómoda, pero sin necesidad de tirarme de la lengua también confesaré que con este color me veo más delgada

Y supongo que en el fondo y en la forma todavía siento la necesidad de verme delgada. Es algo que está grabado muy profundo y que no se cuánto durará. He llegado a entender, comprender y asumir lo que el médico me dice: no estoy gorda... pero lo que es muy difícil de evitar y corregir es la tendencia a querer estar más delgada, algo que no haré por pura prescripción personal.

También, ya que voy de confesión, os diré que últimamente estoy recurriendo más a menudo al negro. Y esto en lo que nadie repararía, es algo que me mantiene en alerta

Los pájaros alzan el vuelo en manada cando intuyen el peligro al acecho... yo también. Por eso hace semanas me he puesto en marcha y aunque no lo aparente, me faltan piernas y me sobran pensamientos positivos para alejarme de mi oscuro depredador.

Gracias por leerme!

Fuente de la imagen: www.openphoto.net

domingo, 11 de octubre de 2015

¿La anorexia está en los genes?


Una de las cosas que más te inquieta cuando te diagnostican un trastorno alimentario, anorexia purgativa y restrictiva (en mi caso), es que quede claro que no se trata de un invento propio, ni un capricho.

Eso es lo que más me preocupó cuando el médico me dejó bien claro que lo mío era una enfermedad mental.

Entonces, en muchos casos, viene el problema. Cuando erróneamente se vincula esta enfermedad a la voluntad exclusiva del paciente para desarrollar, mantener y perpetuar la anorexia, sin intención ninguna de ponerle fin. 

Es difícil de entender para muchos que uno no deja de comer porque sí y que no puede ni tan sólo decidir cuándo lo hace y cuándo no. Más complicado todavía comprender que los vómitos son irracionales, impulsivos y mecánicos. Y menos, que puedes llegar a sufrir un auténtico mono si no terminas en el baño o un ataque de ansiedad si comes

Eres la víctima. Y eso es complicadísimo de explicar, compartir y más de entender.

Es por eso, que siempre me ha interesado saber cuánto de genético tiene la anorexia. A pesar que la Organización Mundial de la Salud define la anorexia como un síntoma inespecífico, la comunidad médica se afana en encontrar alguna explicación más que la mental.

Todavía queda mucho que andar, pero quizás los primeros pasos ya estén dados. Hace una década, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte apuntó que la causa de la anorexia podría encontrarse en la mutación de dos genes que actúan en la misma vía de señalización del cerebro. 

Y serían esta alteración la que disminuye la actividad de transcripción cerebral. El estudio dice que esta anomalía provoca la disminución de un gen llamado ESRRA y de una encima de nombre difícil (histona deacetilasa). Ambos implicados en las vías metabólicas, en el músculo y los tejidos grasos.

Pero no sólo eso, 

también se estima que entre el 50 y el 70% del riesgo de sufrir un trastorno alimentario es hereditario

No sé vosotros, pero una respira tranquila cuando lee cosas de este tipo.... a su vez, lamento descubrir que la probabilidad de que mi hijo pueda sufrir un trastorno alimentario es 10 veces mayor que la del resto de la población.

Es por eso, por Marc y por mi, que sigo trabanjo muy duro. Como si cada día fuera el primero. 

Gracias por leerme!

Fuente de la imagen: www.xatakaciencia.com


domingo, 4 de octubre de 2015

La anorexia y la vergüenza


La vergüenza es un sentimiento que siempre he tenido muy presente. De hecho, no tardé mucho en experimentar esta sensación de bien pequeña. Bien por timidez, bien por el exacerbado miedo a hacer el ridículo... que siempre me ha acompañado, como si se tratara de mi sombra. 

Ese miedo al ridículo, que en el fondo era un preocupante y prematuro miedo al rechazo, hizo que siempre fuera una persona correcta y que actuara como se esperaba de mi. Si no, todo iba mal

Hice que tratar conmigo fuera tan seguro como seguir un buen mapa. No había pérdida! A mi, esa tranquilidad ajena  me daba calma interior y me hacía entender que si daba lo que se me pedía, nunca me quedaría sola.

El rechazo, el abandono, la expulsión, han sido los fantasmas que siempre han llamado a mi puerta... y me han hecho esconder la cabeza bajo la almohada hasta que se ha hecho de día

De toda la vida, incluso ahora que soy mayor. Es por esto que tardé mucho en confesar que sufría anorexia. No quería que mi entorno lo supiera. Básicamente por vergüenza y por un terrible miedo al rechazo.

Con el tiempo aprendí a contarlo, tratando de explicar que yo soy esto y muchas cosas más. Creo que a quien más le costó entenderlo fue a mi misma. 

Uno puede ser simpático, divertido, responsable, impaciente, tozudo, ingenioso, inquieto y todo lo que se os ocurra, además de padecer una enfermedad. Y si todo se sabe llevar en su medida justa, nada tiene que convertirte en un ser extraño y repudiable.

En el último mes tres personas me han  pedido amistad por facebook. Personas que conozco hace poco tiempo pero con las que he tenido buena conexión. Pues bien, me he dado cuenta que esto me ha causado un conflicto que he tenido que aprender a resolver.

Hasta ahora todo mi entorno, personal y laboral,  conocía mis problemas con la alimentación.... pero hay amistades y trabajos que vienen y van... empiezan y acaban y dan paso a nuevas etapas. 

Eso es justamente lo que me ha sucedido. Aceptar a tres nuevas personas en facebook ha hecho que el fantasma de la vergüenza me susurre una vez más al oído y me hable de rechazo.

Finalmente, aunque tarde, he aceptado a estas tres personas en las redes sociales...esperando que conocer mi pasado no las condicione ni para bien, ni para mal.

Mientras espero a que nada suceda, me afano en escribir una pancarta bien visible desde cualquier punto de vista en la que se pueda leer: no me juzgues por esto, ya estoy curada!

Cuanto más ganas le pongo a la pancarta, más la leo. 
Sólo me falta creérmelo.

Gracias por leerme.

Fuente de la imagen: www.openphoto.net