domingo, 11 de octubre de 2015

¿La anorexia está en los genes?


Una de las cosas que más te inquieta cuando te diagnostican un trastorno alimentario, anorexia purgativa y restrictiva (en mi caso), es que quede claro que no se trata de un invento propio, ni un capricho.

Eso es lo que más me preocupó cuando el médico me dejó bien claro que lo mío era una enfermedad mental.

Entonces, en muchos casos, viene el problema. Cuando erróneamente se vincula esta enfermedad a la voluntad exclusiva del paciente para desarrollar, mantener y perpetuar la anorexia, sin intención ninguna de ponerle fin. 

Es difícil de entender para muchos que uno no deja de comer porque sí y que no puede ni tan sólo decidir cuándo lo hace y cuándo no. Más complicado todavía comprender que los vómitos son irracionales, impulsivos y mecánicos. Y menos, que puedes llegar a sufrir un auténtico mono si no terminas en el baño o un ataque de ansiedad si comes

Eres la víctima. Y eso es complicadísimo de explicar, compartir y más de entender.

Es por eso, que siempre me ha interesado saber cuánto de genético tiene la anorexia. A pesar que la Organización Mundial de la Salud define la anorexia como un síntoma inespecífico, la comunidad médica se afana en encontrar alguna explicación más que la mental.

Todavía queda mucho que andar, pero quizás los primeros pasos ya estén dados. Hace una década, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte apuntó que la causa de la anorexia podría encontrarse en la mutación de dos genes que actúan en la misma vía de señalización del cerebro. 

Y serían esta alteración la que disminuye la actividad de transcripción cerebral. El estudio dice que esta anomalía provoca la disminución de un gen llamado ESRRA y de una encima de nombre difícil (histona deacetilasa). Ambos implicados en las vías metabólicas, en el músculo y los tejidos grasos.

Pero no sólo eso, 

también se estima que entre el 50 y el 70% del riesgo de sufrir un trastorno alimentario es hereditario

No sé vosotros, pero una respira tranquila cuando lee cosas de este tipo.... a su vez, lamento descubrir que la probabilidad de que mi hijo pueda sufrir un trastorno alimentario es 10 veces mayor que la del resto de la población.

Es por eso, por Marc y por mi, que sigo trabanjo muy duro. Como si cada día fuera el primero. 

Gracias por leerme!

Fuente de la imagen: www.xatakaciencia.com


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