Y lo que más me inquieta no es el día en si. La vuelta de fantasmas recordándome al oído quién soy, me pone mal... muy mal.
No sé deciros exactamente qué me tiene cabeza abajo. Una mala noche con un sueño recurrente: me despedían una vez tras otra, sin compasión!
Diego me ha tenido que despertar porque lloraba... en ese momento, estaba a punto de protagonizar un desplante onírico en toda regla: iba a decirle a mi jefa que si me iba a despedir, lo hiciera ya... que mañana no volvía!
Evidentemente un sueño largo y macabro, no es razón suficiente para abatirme. Ayer fui a dormir con la sensación de cosas mal hechas, otras por terminar y unas cuantas por resolver... y eso, me suele causar ansiedad.
Para empezar, he puesto los pies en el suelo más tarde de lo habitual. A las 10 de la mañana. Dividida entre sentirme mal por la hora y pensar que lo necesitaba!
Mi primer impulso: 'no desayuno, no me apetece... un té y ya está'. Tal cual lo he pensado he ido a la cocina y como un robot, sin pensar, he hecho el té y un par de rebanadas de pan con aceite y sal... sin opciones!
¿Por qué he actuado así? gracias a Anna (mi psicólga), y al Doctor Soriano (mi psiquiatra), que hicieron un brillante trabajo conmnigo. Me enseñaron a tejer una red en la que poder caer... pero sólo cuando fuera estrictamente necesario.
En mi caso, la malla siempre está dispuesta ante posibles imprevistos. Me hace sentir segura. Y en los extremos, las personas capaces de sostener el revés (mi madre, mi pareja, mi amiga Mª José y yo misma).
Es nuestra hoja de ruta. Así que cuando el día se complica, la desplegamos para seguir las instrucciones al pie de la letra, con el cuidado y rigor de la primera vez.
El primer paso depende sólo de mi y es un ejercicio de honestidad: ¿sigo en el frente?, me pregunto. Si la respuesta es sí, mi madre, mi pareja, mi amiga están al corriente... como abejas obreras conocen a la perfección el papel a desempeñar.
La Loli, ya ha venido a verme. Sé que a lo largo del día sonará el teléfono varias veces. Será ella. '¿Has comido...qué has comido?', me preguntará sin remilgos. Antes, se ha encargado de echarle un ojo a la nevera.
Diego, sabe..las penas me las cura llevándome a merendar pastel de zanahoria. Aunque mi lema de hoy sea que no tengo hambre. También sabe que hoy le tocará hacer la comida, pero nada le sabrá mejor que comer juntos.
'MJ', no me deja ni a sol ni a sombra. Me pedirá, como todas las veces, que le cuente cualquier cosa... por fea que sea. Me permite descargar, contar, compartir... sacar hacia fuera y no dejar dentro.
Tres pasos que me sostienen y no me dejan perder el Norte. Un Norte que puede virar sigilosamente a Sur cuando sientes que el ánimo te roba el hambre.
Gracias por leerme!
Fuente de la imagen:PhotoRack.net
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