domingo, 8 de marzo de 2015

La opiniones y las manchas de petróleo


No sé si alguna vez habéis necesitado sacar una mancha de petróleo de cualquier prenda. No es fácil. Menos, si tenemos en cuenta que la mayoría de veces el tejido queda muy perjudicado por el disolvente, el amoníaco o el aguarrás.
Internet está lleno de trucos para eliminar este carburante. Desde los más comunes y a mano de cualquiera (disolventes), hasta el que jura que las manchas se van con baba de perro.

Durante años, he sentido que estaba limpiando mi propia mancha de petróleo. El lamparón, sabía de donde venía pero me costó muchos años ponerlo en su lugar y darle la importancia que se merecía. Ninguna. 

Una opinión, poco afortunada, se extendió en mi interior con la fuerza del petróleo. Sin intención alguna de desaparecer.

Era junio, acababa de terminar el curso. Vino a casa una amiga de mi madre... la llamaré Marisa. Eran habituales sus visitas, así que ese día le presté la misma atención que el resto de veces. Entre poca y nada.


A Marisa le gustaba hablar... de lo que fuera. Ese día le dijo a mi madre: '¡Se está poniendo 'hermosota' la niña. Mira qué piernas y qué culo. Está gordota!
En ese momento sentí mi caída libre. A plomo. Duró muchísimos segundos y el golpe final, fue mortal.


Recuerdo perfectamente como iba vestida: camiseta Levi's de color fucsia y vaqueros por las rodillas.
Nada extraordinario para una chica de 15 años. O quizás sí, la camiseta me quedaba tres o cuatro tallas grande. Estaba convencida que la ropa, cuanto más ancha, mejor... menos marcaría mi silueta. 

Estaba claro que el comentario de Marisa no cayó en saco roto. Fue a parar al mejor caldo de cultivo

Hizo su efecto. En mi caso, no fue suficiente con maldecirla interiormente. Me quedó claro que había que hacer algo, pensé esto no puede ser. 'Basta de estar gorda!' 
No lo estaba y nunca lo había estado, pero yo me sentía gorda. 

Ese fue el pistoletazo de salida de una carrera que duró más de veinte años. Una carrera de obstáculos que empezó con los vómitos y terminó en un ingreso hospitalario.

Con los años, he aprendido a poner ese comentario en su lugar: en el comedor de casa de mis padres
También me dado cuenta de lo importante que es la prudencia. Sin crucificar a Marisa porque entiendo que eran otros tiempos, en los que casi nadie sabía lo que era la anorexia.

Ese día me quedó claro que nunca diría nada sobre el aspecto de nadie. Por ejemplo, si estaba más 'hermosota' o 'gordota' que nunca...
No sabía si el terreno estaba abonado, o no.Tampoco si el comentario se podía convertir en una mancha de petróleo.

Gracias por leérme!

Fuente de la imagen: PhotoRack.net

6 comentarios:

  1. Después de leer las publicaciones que ya has puesto, me quedo asustado de lo fácil que puede ser caer en el tema de los trastornos alimenticios. Ya no sólo la anorexia, sino también la bulimia por citar el contrario. Lo que más me sorprende es la entereza con la que años después eres capaz de hablar de ello cuando hay tanta gente que muere con su secreto "a voces". Me quedo a cuadros de lo que pensamos que conocemos, cuando en realidad lo desconocemos casi todo.

    Me alegro mucho por ti y te animo a que sigas adelante. Ahí queda mi subscripción al blog.

    Un petó ben fort, Pastu :)

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  2. Gracias a ti!!!!como me identifico con tus palabras y como un simple comentario puede cambiar la vida de una persona.A mi aun me queda camino pero dia a dia sigo luchando.

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  3. Hola Ricard! primero de todo, muchas gracias por tus palabras y por seguirme...en segundo lugar, quizás no me expliqué bien del todo. No he querido decir que se fácil caer en un trastorno. Simplemente que en mi caso ya había el caldo de cultivo necesario para que ese comentario desafortunado cayera en el lugar apropiado, en el momento justo.
    Gracias!

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  4. Kurruypepe, te animo a que sigas haciendo camino y que te apoyes en personas que te ''llevamos ventaja'.
    Ánimo y recuerda: sólo cuando las fuerzas te abandonen, volverán.
    Gracias!

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  5. Gracias Mariangels por compartir una parte de tu vida y para que podamos entender un poco más lo que es y supone un transtorno alimentario. Gracias por ser valiente porque sabemos que es muy difícil dar la cara por una enfermedad que estigmatiza a afectad@s y familiares. Gracias por añadir un grano de arena a la balanza de los blogs contra los transtornos alimentarios y gracias por usar faldas en la foto! Como afectada se lo que cuesta dar estos pasos. Un beso!

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    1. Ester, gracias por estar... y por no abatirte!
      El piropazo de la de la falda es lo de menos, jajajaja
      Besos y adelante!

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